Stardust: somos polvo de estrella
Without our stories we are incomplete. - Neil Gaiman
Stardust es un cuento de hadas escrito por Neil Gaiman publicado en 1998.
Este es uno de los casos en los que vi la película antes de leer el libro, vi la película años antes de saber quién era Neil Gaiman y en lo que este escritor se convertiría para mí. Aún luego de saber que esta historia era de Gaiman me demoré en leerlo (tenía otras prioridades), pero finalmente lo he concluido.
Es gracioso porque hace algún tiempo estábamos hablando de películas raras o bizarras con unas compañeras y una recordó Stardust como una de estas películas raras y ridículas. Hacía años que no la veía, pero como yo la recodaba estaba envuelta en fantasía y magia y quizás tenía un toque de ridículo pero no en el mal sentido. Yo tenía buenos recuerdos de esta historia que me había atrapado con su mundo fantástico. Luego de eso supe que era de Neil Gaiman y ahí lo entendí todo.
La fantasía no es para todos, esa es la triste realidad. Y quizás no sea triste, está bien tener variedad de gustos, pero para mí lo es porque amo tanto la fantasía que no puedo evitar sentir que el resto se está perdiendo de algo al no tomarla en serio.
Y sí, soy una persona que se toma la fantasía en serio.
Todo esto iba a que Stardust nos pinta un mundo fantástico, un mundo de hadas más allá de una pared en la aldea de Wall. Un mundo que podemos espiar a través de las páginas de este libro, así como los vecinos de Wall podrían espiar a través de la grieta en la pared.
En este mundo de hadas no todo es color de rosa, muchos peligros asechan que son parte también de su encanto. Me pregunto quién metió en nuestras cabezas la noción de que los cuentos de hadas son nada más que felices.
Cada 9 años se celebra un mercado, ese mercado es el único momento y lugar donde el mundo de más allá del muro (Frearie) y el nuestro conviven, y en una noche durante uno de estos raros momentos un chico de Wall conoce a una chica de Fearie. Pero no, esa no es la historia de amor que nos interesa más en esta historia, sino la que va a salir del fruto de esa unión, porque 9 meses más tarde un bebé es dejado en la grieta del mundo, siempre custodiada por dos guardias para evitar que alguien de nuestro lado pase al otro.
Este bebé, Tristran Thorn, crece y se enamora de la chica más bonita del pueblo. Un día caminando a casa ven a lo lejos una estrella fugaz. Victoria, sin ya saber cómo rechazar a Tristran, accede a concederle su mayor deseo (e.i. casarse con ella) si le trae de vuelta esa estrella caída en algún lugar del basto territorio de Faerie.
Tristran, un joven ingenuo y enamorado, accede sin una sola duda en su corazón. Y es ahí donde comienza su viaje. En Fearie conocerá diferentes seres y criaturas, algunos intentarán ayudarlo, otros intentarán sacarlo del camino, pero nada evitará que encuentre esa estrella.
También nos encontramos con otras historia que se enredan y desenredan en el camino, una comunidad que no sabemos muy bien a que se dedica además de ayudar a Tristran, una muy antigua familia que se matan unos a los a los otros para ser el Lord de su tierra, una vieja bruja que viaja con un pájaro de colores, una hermosa estrella que cayó del cielo y por supuesto el peligro que siempre asecha.
Si algo nos dejan en claro todos los seres y lugares que conocemos a través del viaje de Tristran por Faerie, es que no conocemos suficiente de Fearie como desearíamos. Hay tanto terreno por explorar, tanto potencial en cada uno de los personajes y lugares que un solo libro no alcanza para detallarlos, sino que meramente te deja espiar un poco para que sepas que están ahí. Es eso, más que el romance, lo que hace a Stardust un cuento de hadas.
La historia principal es interesante y entretenida, pero no tanto como las historia que podemos ver que se están desarrollando fuera de sus páginas a la que los lectores no tendremos acceso más que en la imaginación. Y si ese era el propósito de esta historia lo cumple muy bien.
Personalmente sentí el final un poco anticlimático, pero odio abusar de esa palabra ya que muchas veces resulta sólo una excusa para poner nombre a lo que no nos gustó. No es el caso porque me encantó esta historia, pero como es más lo que me gustó fuera que dentro de ella, no puedo evitar sentir una ausencia en sus páginas finales.
Al igual que con Neverwhere, otro libro de Gaiman me vuelve a dejar con esa necesidad de más sobre ese mundo. Es tan basto, tan extraño y lleno de posibilidades que no logro entender como no hay sagas enteras detrás de estos mundos.
Supongo que tendremos que conformarnos con saber que están ahí, y llenar el resto con nuestras propias imaginaciones.
Mientras tanto, creo que iré a ver nuevamente la película luego de algunos años, esta vez sabiendo que detrás de ese mundo maravilloso se encuentra una de las personas que más admiro.
Este libro es 100% recomendable para todo aquel se deje seducir por la fantasía, que quiera perderse y encontrarse en ella mientras las estrellas iluminen el cielo.
Muy buen informe/analisis. X mi lado, gaiman me llegó de grande. Creo q como la mayoría, arrancamos x comics más comerciales (como Batman o Superman), y en determinado momento empezamos a explorar q hay más allá. The Sandman me voló la cabeza. Neverwhere, Stardust o american gods, terminaron a asentar mi gusto x sus historias. Y concuerdo con lo q decís sobre las historias de fantasía. No son para tomarlas a la ligera. Realmente uno valora cuando un escritor realmente se lo toma en serio, tanto a nivel argumental, como a nivel personajes
ResponderEliminarGracias por tu comentario. Yo también me encontré con Gaiman de grande, pero una vez que lo encontré no lo pude dejar ir. Sus mundos están llenos de un imaginativo tan inmenso que hasta ahora ni una sola vez me ha dejado sin desear más.
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